viernes, 29 de julio de 2011

Será una mochileada cualquier otro día que no sea feriado

Y nos iremos lejos. Lejos de Lima, lejos de san marcos, lejos de ese aire que me sigue dañando y que ni siquiera eso quiero compartir. Y te obligaré a largarnos, te llevaré conmigo de la mano y la apretaré fuerte porque así lo necesita mi sinrazón y exigiré que me arrastres por todos los caminos por los que pasamos, que me arrastres como tu trofeo, porque eso es lo que soy, porque me has ganado no una sino varias veces, porque le has ganado al tiempo, a la  sensatez, al dolor, y a los malos recuerdos, porque le has ganado a uno, a dos o a tres más  que creyeron que podían venir después de ti.
Y tomaremos impulso desde los mismos lugares que recorrí dolida, porque  repasar y hurgar es mi única manera de expulsar el dolor, de hacerme inmune a él y porque casi todo lamentablemente me recuerda a esos días, malditos días en los que tú te ibas mientras yo te recordaba por todos esos caminos sangrando, prometiendo odiarte, jurando no volver a saber de ti
…Pero regresaste y como yo moría y mataba por ti, te recibo; pero la condición es que huiremos dos, tres, diez veces.  Te colgarás las pesadas mochilas con el dolor de ambos  en los hombros mientras yo sostengo mis miedos y los pasajes y nos iremos, nos miraremos en el balcón del tercer piso de la facultad y me abrazarás... y así volaremos…y así huiremos.